lunes, 6 de julio de 2009

La iglesia, de nuevo en Honduras

Como siempre, el rol de la cúpula de la iglesia católica deja mucho que desear. Ya no me avergüenzo, porque no me siento parte de esa “raza de víboras”, pero si, me repugna esa actitud constante que se condice con su historia nefasta en torno a la imposición de sometimientos y su empatía con el poder de turno.
No hay mucho para decir, pero otra vez en Honduras, la iglesia repite su ominosa posición colocándose al lado de un gobierno golpista, incapaz de respetar el funcionamiento normal de las instituciones. De la misma manera actúan en nuestro país, emitiendo de vez en cuando alguno de esos comunicados, que lo único que pretenden es desgastar, socavar de forma sutil (y no tan sutil, a veces) al poder que no otorga la fuerza sino la voz del pueblo.
La cúpula eclesiástica no ha actuado de otra manera que no sea la connivencia con los gobiernos dictatoriales porque, de hecho, su forma de conectarse con los fieles es imponiéndoles mandamientos estrictos y penitencias dolorosas que ellos jamás cumplirían. Recuerdo claramente una experiencia en la cual mi vieja, ya agonizando por el cáncer pidió que le den la comunión y le fue negada. La argumentación del “santo cura” fue que mi madre era divorciada y por lo tanto su petición era impertinente.
Esa es la iglesia católica, que hoy en Honduras se jacta de buscar la paz sosteniendo una injusticia, condenando al pueblo de ese país, no sólo al ignominioso destino de no poder elegir sus autoridades, sino también al sufrimiento de los dispositivos de represión y de censura. La iglesia, es evidente, no actúa como Cristo, sino como un desteñido Judas, entregando a sus fieles, vendiéndolos por porciones de poder a la hoguera o la picana.
Pero a la vez, y esto es lo más triste, no estaba errado Chávez cuando se refería insistentemente ayer al “gobierno de gorilas” y de las “clases burguesas”. Porque son esas las clases que propugnan gobiernos autoritarios y de facto. Ya que ocupados meramente de engordar sus bolsillos y sus vientres, desconocen y denigran cualquier concepto de “solidaridad” que no tenga que ver con su propio interés.
Como dijo Kirchner en Parque Lezama “Cristina está donde tiene que estar”, esgrimiendo ese sentido de solidaridad que nosotros si esperamos de los que nos gobiernan. Los demás actúan como aquellos que se rascan para adentro. Mirtha Legrand, escupiendo su odio porque “¿quién conoce Honduras?”. En este mismo momento escucho a un “comunicador” chaqueño diciendo que mientras “Cristina está en esa zona, Lula está en China firmando convenios. ¿Cómo vamos andar bien?”. Hablan como si fuese que el mundo se moviera únicamente por intereses económicos, y valores tales como la fraternidad entre países hermanos no existieran.
Es evidente que tanto la iglesia como estos sectores desinteresados de todo lo que le sucede al prójimo, paradójicamente, un concepto introducido por el mayor profeta de ese credo, son los grandes propulsores de las dictaduras. Y esto es así, porque mientras puedan desarrollar sus riquezas, esos tipos no están dispuestos a cuestionar la base de un gobierno, Sólo cuando un gobierno, como el argentino, que promueve un incremento en la tasa de retenciones a la soja (los sectores más enriquecidos en los últimos años), salen al ruedo a cuestionar esta afectación a sus “intereses”.
La iglesia, por su parte, habla de los pobres (por los cuales no hace nada) cuando pierde protagonismo, y es capaz de defender la tortura como método de acceso a la “verdad” o los vuelos de la muerte como divertimento, o como hoy en Honduras a un gobierno “trucho” instalado por la fuerza y la aprobación de sectores sociales “gorilas”.
A veces siento que eso sólo pasa en Argentina, pero siento hoy una decepción universal.

1 comentario:

El Quilla dijo...

Buena perspectiva, la iglesia lo que promete es bienestar en la otra vida.
En esta hay q cargar la cruz. Eso es lo que promueven y que tienen en el fondo del alma, aunque no quede bien expresarlo directamente.
El mudo feliz, ellos nunca lo buscarían en la tierra. Porque el paraíso esta en el cielo.
Saludos.